Texto: Yamandú Ploskonka Rivas

Salomón Moisés Rivas Valenzuela

Se fué a la Casa del Padre el 28 de Enero de 2015

Esposo, padre y abuelo querido, profesor de múltiples generaciones de geólogos, ardiente estudioso de Cristo. Su esposa Charo, hijos Roy, Ximena y Jonatán, hermana Tulia, parientes, hermanos cristianos, colegas profesionales en Bolivia y el extranjero, amigos, y quienes lo respetan por haber seguido en la prensa y en la vida su firme e insistente defensa de los recursos mineros nacionales que él conocía como pocos, lo recuerdan y comparten su partida y su gozo de encontrar ya a su Señor Jesús.

Graduado de la Colorado School of Mines en 1955, con posgrados en Europa, volvió a su patria y nunca más se fue, abocado a la superación de la ciencia y la tecnología minera boliviana. Trabajó en socavón, en laboratorios, en investigación de campo, oficinas, y en la cátedra universitaria, guiando, descubriendo, enseñando, en cargos subalternos y de dirección en YPFB, Comibol, Geobol y otros. Honesto, recio y sobrio como opción moral y como ejemplo vivo, patriota abnegado, siempre procurando el mejor uso y aprovechamiento de los recursos mineros y técnicos por el estado y privados, valiente en enfrentar a quienes lucran del beneficio inmediato y la ignorancia destructiva, proponiendo a cambio rectitud y trabajo honesto.

Salo documenta y divulga en libros y publicaciones la ciencia conocida, y generosamente comparte el fruto de su propio descubrimiento y reflexión, dando su vida por Bolivia en el esfuerzo perseverante de cada día de cada año. Activo en distribuir La Biblia desde los Gedeones, Sociedad Bíblica Boliviana, y otras iniciativas evangélicas en su gran amor por Dios y Su Palabra, seguro en su fe y su verdad, su virtud y ejemplo permanencen

El funeral será mañana viernes 30 de enero 2015 en el Cementerio Jardines del Paraíso en Huajchilla a las 11 de la mañana.

Está siendo velado en Funeraria Inmaculada, Avenida Busch nº 1321, casi monumento a Busch.

Al ver esa dirección recuerdo yo cómo, allí cerca del monumento, Salo junto a laicos celebraba cantando las glorias del Señor, cada semana por años de años, atrayendo a salvos y quienes buscaban salvación.