El Salar de Uyuni separado de Oruro por la “serranía intersalar” volcánica y por el umbral Sevaruyo.

3660 m. de elevación, la parte más baja del Altiplano, así mismo la región más seca con 123 mm. de precipitaciones anuales solamente.

10000 Km2 de superficie, el Salar de Uyuni es el más grande del continente.  Cubierto con una capa de sal de 2 a 8 m. de espesor que permite el paso de vehículos en todas las direcciones.

En Colchani al Noroeste de Uyuni, se explota la sal en gran escala, para el uso de nuestro país e incluso la exportación al Brasil.


FLORA

La muy escasa población en los alrededores del Salar, vive de la cría de llamas, la venta de yareta, leña de kehuiña y del trabajo en las azufreras.

A raíz del clima frío y seco con temperaturas promedio anuales de 3 a 50C, la vegetación xerofítica (adaptados a climas secos) es muy escasa y se compone generalmente de tholares.  Por su explotación muy intensa, los habitantes de Sevaruyo (pueblo que vive exclusivamente de la venta de thola), tiene que buscar tholares vírgenes a 150 Kms. al Oeste de sus hogares.  Para leña en horno de panificación.

En estas regiones inhóspitas, el cultivo de quinoa en Garci Mendoza y Colcha “K”.  En la faja al Sud Este de Oruro en la línea de Machacamarca – Poopó – Pazña – Challapata – Huari, se ha desarrollado una agricultura floreciente con producción de papas, habas, cebada, ocas, aprovechando de los abanicos aluviales que se han formado en las salidas de los ríos procedentes de la montaña alta del Este.  En los alrededores de Oruro y en las faldas de la cordillera hasta Huari, existen ruinas de pueblos precoloniales que indican que hubo un clima, más húmedo en épocas no muy lejanas.

A 300 Km. Norte del Salar se encuentra el Sajama con 6520 m. de elevación es la cumbre más alta de Bolivia.  Volcán destruido, apagado, desde hace mucho tiempo.  Riachuelos de agua cristalina, bajan de las faldas del Sajama.

Existían anteriormente grandes bosques antiquísimos de kehuiña (bonsai natural) cubrieron sus faldas hasta 500 m. de altura.  La kehuiña sirve para leña y constituye un artículo importante en la construcción de habitaciones de los pobladores puesto que es la única madera con que cuentan.

Estos bosques han desaparecido en los últimos años, por la explotación intensiva de parte de los carboneros, lo mismo ha sucedido con la yareta, una planta resinosa, rastrera, que forma acumulaciones redondeadas en el suelo y es característica de la cordillera occidental.

La yareta es aprovechada como combustible por su alto valor calorífico que le da su gran contenido de resina.

Las grandes tropas de vicuñas que unos pocos años atrás poblaban las faldas del Sajama, fueron casi extinguidas por los cazadores de pieles y de lana y lo mismo pasó con los avestruces pequeñas.

Fitogeografía del Salar de Uyuni

El Altiplano es muy pobre en árboles, existen dos especies autóctonas solamente: la kishuara (Buddleya incana) “olivo silvestre de los Incas” y la kehuiña (Polipeio incana).  Otra planta característica de esa zona es la thola (Lepidophyllum cuadrangulare) que cubre enormes áreas de terreno arenoso, hasta las partes más secas y frías al sur del Salar de Uyuni.
La yaveta (Azorella glabra) rosácea que prefiere las faldas de los volcanes, de igual modo que la kehuiña sube el Sajama hasta 5000 m.
Abundan las cactáceas de varias especies y las bromeliáceas.  Una colonia aislada de la bromeliácea gigante Puya Raimondi, con sus flores que alcanzan 8 m. de altura.
La paja brava o ichu (Stipe Pungens) que crece en alturas hasta 5000 m. enormemente difundida, se usa en la fabricación de tejidos para pisos, cortinas y canastos, además para techar las casas y como forraje para las llamas.

De las plantas autóctonas cultivadas mencionamos la papa o patata oriunda del andes peruano – boliviano distinguen 140 variedades.  Perú y Bolivia son los únicos países donde se conoce un procedimiento para conservar las papas durante largo tiempo: se provoca la desecación de la papa por la acción de frio, usando diferentes procedimientos para la obtención del “Chuño” y de la “Tunta”, (papa desecada negra o blanca y de distinto sabor).

Para la población del Altiplano, la quinoa (Chenopodium quinoa) es de capital importancia.  Crece entre 3600 a 4000 m. de altura, desde las orillas del Lago Titicaca hasta las zonas áridas de los Lípez.  La pequeña kañahui (Chenopodium kañahui) de las orillas del Lago Titicaca y del Altiplano septentrional se vuelve roja en adulta, dando de modo igual que la quinoa roja, un aspecto encantador a las orillas del Lago Sagrado. Tostada y molida se forma el “pitu de kañahui” que es un alimento, muy nutritivo.

Otra planta autóctona del Altiplano es la oca (oxalis tuberosum) que se cultiva en alturas de 3000 a 4000 m.  La oca es muy rica en almidón.  Entre las leguminosas el haba es de mayor importancia.

En las montañas altas, las mesetas altas están cubiertas con paja brava en una especie más pequeña “yavetilla”.

Bosques de kehuiña forman cinturones entre los 3200 y 3500 m. de altura en la cabecera de los valles.

La agricultura es insignificante. Es sorprendente observar que los pobladores en estas regiones inhóspitas cultivan sus chacras de unos cientos de metros cuadrados en pendientes escarpadas sobre un suelo muy pedregoso, aprovechando de cada metro de terreno arable, para cultivar, papas, ocas, quinoa, kañahui y cebada.

Fuente: Revista PULSO
Foto: Puya Raimondi – www.southamericaexploor.com